El síndrome de dolor femoropatelar es común entre atletas, afectando a mujeres y adultos jóvenes que practican deportes donde correr y saltar son las actividades principales.
Sin embargo, existe la posibilidad de que aparezca en personas que no están ligadas a las actividades deportivas de alto nivel.
Es un síndrome que puede estar motivado por diversos aspectos y muestra síntomas que generalmente no ameritan cirugía para su tratamiento.
En este artículo hablaremos con detalle sobre esta afección, profundizando en sus síntomas, las causas que lo generan y su tratamiento.
¿Qué es el síndrome de dolor femoropatelar?
Es el término empleado para la descripción del dolor inespecífico en la parte delantera de la rodilla, incluyendo el alrededor de la rótula.
Tal como describimos anteriormente, es común su aparición en deportistas y, aunque tiene un rango de edad de aparición variado, es más frecuente en las mujeres jóvenes o de mediana edad.
Es un dolor que, junto con la rigidez, puede generar dificultad para la realización de actividades cotidianas como subir escaleras, arrodillarse o saltar.
Por su parte, los orígenes de este dolor pueden ser variados y su tratamiento depende de varios factores que repasaremos más adelante en la sección correspondiente.
Síntomas del síndrome de dolor femoropatelar
El síntoma principal y más común de este síndrome es un dolor sordo, es decir, continuo y difícil de describir en la zona delantera de la rodilla. Este síntoma va aumentando gradualmente según la actividad que se realice, además, se presenta en una o en las dos rodillas.
Además, otro de los síntomas es la aparición de dolor al hacer actividades que involucren la flexión de la rodilla, es decir; correr, hacer sentadillas, subir escaleras o hacer sentadillas. Asimismo, el dolor tras pasar mucho tiempo sentado con las rodillas flexionadas es otro de los síntomas.
Los sonidos o chasquidos en la rodilla afectada al subir las escaleras o ponerse de pie después de mucho tiempo sentado es otro de los síntomas del dolor femoropatelar.
Causas del síndrome de dolor femoropatelar
El ámbito médico no ha podido determinar las causas precisas del síndrome de dolor femoropatelar, sin embargo, suele asociarse con lo siguiente:
- Desequilibrios o debilidad: el síndrome de dolor demoropatelar puede ser causado cuando los músculos adyacentes a la cadera y rodilla no son capaces de mantener la rótula con su correcta alineación. De hecho, está demostrado que el movimiento de la rodilla al ponerse de cuclillas se asocia a este síndrome.
- Cirugía: la intervención quirúrgica para la reparación del ligamento cruzado anterior usando el tendón rotuliano como injerto puede ser otra de las causas del dolor femoropatelar.
- Lesiones: las dislocaciones o fracturas en la rótula también se asocian con la aparición de este dolor.
- Sobrecarga: el sometimiento repetitivo a una tensión importante sobre la rodilla puede generar irritación debajo de la rótula que derive en este dolor. Por lo general, esta irritación aparece tras la sobrecarga por actividades físicas exigentes para la rodilla como trotar, hacer sentadillas o subir escaleras. Asimismo, el aumento repentino en la exigencia a la rodilla puede ser otra de las causas relacionadas a una sobrecarga.
- Otras causas: existen otras posibles causas que están relacionadas al cambio repentino del tipo de calzado que se acostumbra a utilizar o variaciones de superficies sobre la que practique su deporte más frecuente.
Tratamiento del síndrome dolor femoropatelar
El proceso de tratamiento para este síndrome está enfocado en aliviar el dolor y recuperar la movilidad natural de la rodilla, así como su capacidad en términos de fuerza. Por lo general, es suficiente con tratamiento conservador sin llegar a la intervención quirúrgica para aliviar los síntomas y conseguir una recuperación completa.
Tratamiento conservador
El comienzo del tratamiento implica evitar o reducir la intensidad de actividades que intensifiquen los síntomas de dolor, esto incluye subir escalaras, los deportes de contacto o muy exigentes, arrodillarse y demás.
Los medicamentos pueden ser utilizados para aliviar el dolor, basta con tomar analgésicos de venta libre como el ibuprofeno, paracetamol o el naproxeno sódico. Además de esto, el fisioterapeuta puede sugerir ciertas actividades de acuerdo a las características de su dolencia:
- Ejercicios de rehabilitación: los ejercicios para esta dolencia se centran en mejorar el rango de movimiento y, recuperar fuerza y resistencia. Suelen ser ejercicios bastante específicos que buscan fortalecer los músculos mientras se sostienen las rodillas y se controla la alineación de los isquiotibiales, los cuádriceps y los músculos alrededor de la cadera. Además, el terapeuta se enfoca en corregir el movimiento de las rodillas producida al ponerse en cuclillas.
- Deportes saludables: en el proceso de tratamiento y recuperación, el terapeuta puede recomendarte deportes de bajo impacto para las rodillas como el ciclismo o la natación.
- Dispositivos para inmovilizar la rodilla: gracias a los dispositivos de inmovilización o los soportes para el arco de la rodilla se puede sentir alivio del dolor.
- Tabillas: el fisioterapeuta puede enseñarte a colocarte tablillas en la rodilla para favorecer el alivio del dolor y mejorar la facultad de ejercitarse.
Tratamiento quirúrgico
El tratamiento quirúrgico no es común entre los pacientes con dolor patelofemoral, es la opción empleada cuando no hay una respuesta favorable frente al tratamiento conservador y resulta un caso grave. Dentro de los tratamientos quirúrgicos para este síndrome están:
Artroscopía
Es un procedimiento donde el cirujano se encarga de introducir una pequeña cámara dentro de la articulación de la rodilla. La cámara muestra imágenes que ayudan al cirujano para guiar los instrumentos quirúrgicos para los siguientes procedimientos:
- Liberación lateral: si el tendón de la zona lateral está muy tenso y mueve a la rótula del surco troclear, se procede a aflojar el tejido y corregir ese problema en la alineación rotuliana.
- Debridamiento: extirpar el cartílago articular de la superficie de la rótula puede significar un alivio importante al dolor.
Transferencia del tubérculo tibial
En algunos casos, resulta necesario mover el tendón rotuliano y cierta parte del tubérculo tibial para realinear la rótula.
Este procedimiento quirúrgico necesita incisión de cirugía abierta. El médico decide si despender total o particularmente el tubérculo tibial con la intención de que el hueso y el tendón tengan la posibilidad de posicionarse en el lado interno de la rodilla.