El músculo supraespinoso es parte del manguito rotador, es decir, forma parte de los músculos que se encargan de la rotación del hombro. El supraespinoso recorre la zona superior del hombro y la tendinitis de este músculo es una de las lesiones más comunes.
La ubicación y función de estos músculos del manguito rotador hacen que su inflamación figure entre las lesiones musculares más comunes. Además, es una de las partes del cuerpo con más uso en las actividades cotidianas, incluyendo el trabajo, deportes y el entretenimiento.
Entonces bien, en este artículo nos encargaremos de repasar detalles como los síntomas, tratamiento y las causas de la tendinitis del supraespinoso que está dentro de las lesiones más comunes.
¿Qué es la tendinitis del supraespinoso?
Se refiere a la inflamación generada en el tendón supraespinoso provocada por el roce de la elevación repetitiva del hombro. Este tendón por el uso y desgaste puede presentar, aparte de la inflamación, una rotura parcial o completa.
Sin duda, el hombro es una estructura compleja que tiene mucho uso en la cotidianidad, lo que se traduce en un riesgo de lesión mayor. En particular, la tendinitis del supraespinoso es considerada una de las lesiones más comunes o la más común de todas las patologías de carácter tendinosos de hombro.
Síntomas de la tendinitis del supraespinoso
El principal síntoma de la tendinitis del supraespinoso es el dolor. En particular, el dolor en el hombro que llega hasta el cuello, la espalda e incluso hasta el codo cuando es muy intenso. Además, es muy común presentar dolor cuando se intenta separar el brazo del cuerpo de forma lateral.
Asimismo, la limitación funcional y disminución de fuerza es otro de los signos presentes en la tendinitis del supraspinoso. Un síntoma que resulta más particular de esta afección es la imposibilidad de subir el brazo encima de la cabeza, ya que se siente resistencia por la afectación de la estructura interna del tendón.
Causas de la tendinitis del supraespinoso
La tendinitis del supraespinoso, tal como otras tendinitis presentadas en esa zona, suelen estar causadas por la utilización excesiva de la elevación del brazo. Por ello, es una lesión común entre las personas con trabajos manuales y entre los deportistas que tiene el movimiento repetitivo de los brazos sobre la cabeza como parte de su actividad atlética.
Por otra parte, la edad también es otro de los factores a considerar en este tipo de enfermedades donde la pérdida de flexibilidad, la deshidratación y el envejecimiento de los tejidos tendinosos pasa factura.
Los factores genéticos suelen ser considerados como parte de la ecuación ante la aparición de esta enfermedad. Y finalmente, los factores metabólicos como un mal riego sanguíneo tras una mala alimentación puede profundizar la inflamación de estos tendones, incluyendo al supraespinoso.
Diagnóstico de la tendinitis del supraespinoso
Existen diferentes métodos diagnósticos que quedan a criterio del cuerpo médico para determinar la afección. A continuación detallamos los métodos empleados.
Pruebas de movilidad y postura
La posición y el funcionamiento del hombro está relacionada con toda la cintura escapular y la articulación glenohumeral. En ese sentido, al depender de otras articulaciones, se examina el funcionamiento de esas articulaciones junto con la postura para comprobar el origen y la gravedad de la tendinitis.
Pruebas de tacto en la zona afectada
El especialista puede solicitar palpar la zona del hombro para determinar cuáles son las estructuras comprometidas en la lesión. Por supuesto, el primer paso del proceso es palpar el tendón supraespinoso para verificar que este genera dolor al tacto.
Pruebas de carácter ortopédico
Las maniobras exploratorios de movimiento también puede ser parte del diagnóstico. Para ello, el especialista busca indicarle ciertas posiciones al paciente con la intención de determinar los síntomas de dolor y reproducirlos para evaluar el nivel de inflamación.
Por lo general, las posiciones consisten en hacer una elevación y flexión del brazo, acompañados de movimientos de rotación como llevar la mano a la espalda o al hombro contrario. Al presentar dolor en estos movimientos, se puede sospechar respecto a la gravedad de la inflación.
Pruebas de imagen
Tras realizar las pruebas descritas anteriormente, es necesario hacer pruebas de imagen para determinar con precisión el alcance de la lesión. Lo habitual es solicitar una radiografía simple, una resonancia magnética y una ecografía para revisar toda la zona alrededor del tendón y valorar esas estructuras.
Por lo general, la resonancia magnética es necesaria cuando las otras pruebas de imagen no muestran la exactitud necesaria. Las pruebas de imagen ya son suficiente para un diagnóstico preciso de la tendinitis del supraespinoso.
Tratamiento de la tendinitis del supraespinoso
El tratamiento recomendado para esta afección dependerá de la evolución del paciente y la gravedad de la lesión. A continuación repasamos los tratamientos correspondientes.
Tratamiento conservador de la tendinitis del supraespinoso
La primera etapa del tratamiento contempla el reposo del brazo afectado, buscando evitar las situaciones que puedan agravar la lesión. En particular, se recomienda dejar de lado las actividades que necesiten la elevación sostenida del brazo.
Además, un tratamiento antiinflamatorio acompaña este proceso de reposo. Suele ser con medicación o infiltraciones locales si el dolor es demasiado intenso.
Una vez el dolor y la inflamación se hayan reducido lo necesario, el paciente debe ser parte de un programa de rehabilitación enfocado en el fortalecimiento muscular para evitar las reapariciones del dolor por la repetición de la inflamación.
Tratamiento quirúrgico de la tendinitis del supraespinoso
Si el paciente no responde de forma positiva al tratamiento conservador y el dolor continúa tras varios meses, será necesaria la intervención quirúrgica. Se trata de un artroscopia de hombro, es una intervención donde se utiliza una cámara de visión en lugar de intervención abierta.
La finalidad de esta cirugía es eliminar el tejido inflado y limar el posible gancho acromial para liberar espacio, dándole área de deslizamiento al tendón del supraespinoso. Es una intervención poco dolorosa y con anestesia regional.
Después de la intervención, el paciente debe comenzar un proceso de rehabilitación y llevar el brazo en cabestrillo para la recuperación.