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La “tendinitis rotuliana“, “tendinopatía patelar” o “rodilla del saltador” es una lesión inflamatoria que afecta al tendón que une la rótula con la tibia. Por consiguiente, uno de los principales síntomas que aparecen es el dolor, que puede ir de leve a severo.

Si bien cualquier persona podría contraer este tipo de lesión, suele ser más común en los deportistas. Sobre todo en aquellos que juegan baloncesto o voleibol, deportes que incluyen saltos.

De igual modo, esta condición se puede presentar en corredores, futbolistas y ciclistas, debido al elevado nivel de impacto que estas actividades representan para las rodillas.

Continúa leyendo este artículo para descubrir con mayor detalle las causas, los factores de riesgo, los síntomas, los tratamientos y mucho más.

Causas de la tendinitis rotuliana

La tendinopatía patelar se produce por la sucesiva presión ejercida sobre la rodilla, que en la mayoría de los casos está asociada a la práctica excesiva de actividad física o deportes.

El estrés reiterativo en el tendón rotuliano genera leves desgarros que, a medida que transcurre el tiempo, causan inflamación y debilidad en el tendón.

Algunos de los factores que podrían llegar a contribuir son:

Afecciones crónicas

Ciertas patologías dificultan la circulación de sangre hacia la rodilla, debilitando así el tendón. Algunos ejemplos son la artritis reumatoide, la falla renal, la diabetes y el lupus.

Ejercicio y deportes

Los deportistas que corren, saltan o se ponen de cuclillas son más propensos a sufrir tendinitis rotuliana. Esto se debe a que estas actividades ejercen mayor presión sobre la rodilla.

A su vez, incrementar la intensidad o la periodicidad con la que haces actividad física produce mayor tensión en el tendón, así como también elegir zapatillas para correr que no ofrecen suficiente soporte.

Falta de equilibrio a nivel muscular

Si fortaleces solamente algunos de los músculos de tus piernas, los más fuertes pueden llegar a tirar con mayor fuerza del tendón rotuliano. En consecuencia, este desbalance podría ocasionar tendinitis.

Rigidez muscular en las piernas

La rigidez de los cuádriceps y músculos isquiotibiales podría incrementar la presión sobre el tendón rotuliano.

Tendinitis rotuliana: Sintomatología

Los síntomas iniciales de esta condición tienden a ser el dolor y la sensibilidad en la rótula. De forma adicional, la persona puede experimentar inflamación y ardor en la zona afectada. Asimismo, ponerse de rodillas o levantarse luego de haber estado en cuclillas podría llegar a ser realmente doloroso.

Al inicio, el dolor puede llegar a ser eventual y presentarse únicamente después de realizar algún deporte o ejercicio. Sin embargo, a medida que el tendón se va lesionando cada vez más, el dolor puede intensificarse de manera progresiva.

De hecho, en algunos casos puede dificultar la práctica de todo tipo de actividad física, e incluso las tareas cotidianas, como subir las escaleras.

Posibles complicaciones asociadas a la tendinitis rotuliana

Si no haces caso a los síntomas y a las advertencias de tu propio cuerpo, podrían presentarse desgarros cada vez más severos. Al mismo tiempo, la pérdida de la funcionalidad de la rodilla y el dolor pueden agravarse si ignoras esta condición.

Por otra parte, es importante considerar que hacer reposo y pausar los ejercicios físicos es algo bastante complicado para los atletas. No obstante, resulta crucial atender el problema para evitar que la tendinopatía patelar termine con su profesión.

¿En qué consiste el tratamiento habitual?

El tratamiento de la tendinitis rotuliana variará de acuerdo a la severidad de la lesión. Como regla general, es posible que su doctor le indique un tiempo de descanso, en el que habrá que evitar todo tipo de actividad que ejerza presión sobre la rodilla.

Medicación

En relación a las medicinas, su doctor podría recomendarle analgésicos como el ibuprofeno o el naproxeno sódico, con el objetivo de calmar el dolor y minimizar la hinchazón a corto plazo.

En el caso de que el dolor sea muy difícil de soportar, su médico podría aplicarle una inyección de corticosteroides en la zona de la rodilla.

Aunque, a decir verdad esta medida podría terminar debilitando el tendón. Inclusive podría incrementar el riesgo de que se rompa. Por ello, se deben evaluar con precaución los riesgos que conlleva este tratamiento.

Fisioterapia

A través de la fisioterapia, uno de los objetivos más importantes a la hora de tratar la tendinitis rotuliana es disminuir el dolor y la inflamación. Además se buscará fortalecer los músculos de la pierna y del muslo.

Si el dolor es muy fuerte, aún cuando relaja sus piernas, su fisioterapeuta podría aconsejarle el uso de muletas y de aparatos ortopédicos durante un cierto período de tiempo.

De esta forma se lograría impedir que se produzcan daños aún más graves en el tendón. Una vez que el dolor sea menor, podrá empezar con el programa de ejercicio establecido por el profesional.

Otras técnicas que podrían complementar el tratamiento son la estimulación eléctrica y el uso de ultrasonido para calmar el dolor.

También es recomendable el uso de rodilleras o de vendajes en la rodilla durante la práctica de actividad física, para que así la rótula se mantenga en su lugar y el dolor sea menor.

Tratamiento quirúrgico

Si no se consigue calmar el dolor mediante los diferentes tratamientos mencionados, su médico podrá sugerirle una cirugía para recuperar la funcionalidad de la rodilla.

Prevención

Si todavía no tienes tendinitis rotuliana, pero formas parte de la población de riesgo, existen ciertas medidas que podrían ayudarte a prevenir esta lesión:

  • Procura conseguir músculos fuertes: fortalecer la musculación a nivel de los muslos será de gran ayuda para que tu cuerpo pueda tener un mayor control sobre la presión que puede producir la tendinopatía de la rótula. Bajar las piernas de forma lenta y controlada luego de extender tu rodilla es un ejercicio excéntrico muy efectivo.
  • Haz reposo cuando sientas dolor: En cuanto notes que tienes dolor de rodilla a causa de realizar ejercicio, coloca hielo en la zona y descansa. Hasta que ya no sientas más dolor en la rodilla, debes evitar todas aquellas actividades que ejerzan tensión sobre el tendón rotuliano.
  • Ejercítate con cuidado: Toma clases o busca asesoramiento profesional al empezar un deporte nuevo.
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